Cuando te conectas a una VPN, tu dispositivo crea una conexión cifrada con un servidor remoto en algún lugar del mundo. Este servidor se convierte en tu puerta de entrada a Internet, y todas tus solicitudes de Internet pasan a través de él. Esto significa que tu dirección IP real (la identificación única de tu dispositivo en Internet) se oculta, y en su lugar, se utiliza la dirección IP del servidor remoto.