Estoy cansado de malas noticias que van por delante de las buenas.
Harto de esperar a ET, de esperar un ovni que me lleve a recorrer galaxias y mundos inexplorados.
Hastiado de mirar ojos de zombis, de besos que parecen besos y de compromisos indeseados.
Así que, hace tiempo me cree mi mundo, como cuando era pequeño, ese mundo maravilloso donde todo es posible.
En ese mundo, meto a quien yo quiero, es algo que puedes hacer en cualquier momento, solo hace falta detener el tiempo mirando a tu hijo, tu perro, a tu media naranja, a tu limón, o a tu vecino, depende de ti, solo de ti.
Està bien.
Està mal.
Es lo que es, y cada vez paso más tiempo fuera de MATRIX.
Hoy, os voy a contar algo que no he contado a nadie, ni a mis hermanos, ni a mis padres, ni a mis mejores amigos.
Oh.
Nadie.
Ni a mi hijo, ni a mi pájaro, ni a el perro que vendrá.
Cuando alguien te dice que te va a contar algo que no se lo ha contado a nadie, eso es fuerte, y si te lo cuentan tomando unas cervezas, entonces , eso es de otra galaxia.
Va de una historia de amor, desinteresada, oculta e inesperada, y lo más importante, sin esperar absolutamente nada a cambio de la otra persona.
Cuando era adolescente ( os hablo mucho de esa época ) fue la época más bonita de mi vida, veraneaba en un pueblecito muy pequeño de Málaga.
Cuando llegaba, tenía una pandilla de unos 25, quedábamos todos juntos y bajábamos a divertirnos, a mirarnos, a reírnos, a cogernos de la mano.
Un día salimos a cenar, y a mí la cena me sentó mal, así que salí a respirar aire puro y me dije;
Hay media luna y el cielo está lleno de estrellas, me voy, no dije nada, y me fui.
Quería bañarme en ese mar, bajo las estrellas. No pasó mucho tiempo cuando noté que alguien me seguía.
Bajé una empinada cuesta y me metí en el mar.
Cuando salí, levanté la cabeza, había una chica sentada en la playa, la conocía porque era hermana de una chica que me gustaba.
No le había prestado nunca ni un minuto de atención y allí estaba, mirándome, sin decir ni una palabra.
Apoyé mi cabeza en sus rodillas y me tumbé mirando ese maravilloso firmamento.
No dejó de acariciarme el pelo en toda la noche y de mirarme.
Cuando amaneció, nos cogimos de la mano, y manchados de arena caminamos hacia su casa.
Nos dimos un beso y nos despedimos.
No volví a verla más.
En mi mundo valen las experiencias, porque eso es lo que me llevaré y lo que saborearé una y otra vez.
En este mundo digitalizado, sale systems tiene su mundo y su mundo se centra en sus clientes.
Detrás, sin que a veces nos veas, como la chica de la playa, para que cuando tengas un problema o una incidencia en informática, no tengas ni que girarte, porque ahí, tu mundo y el nuestro se tocan.
Mantenimiento informático a Empresas
PD: Tenemos un servicio de mantenimiento informático para empresas de este mundo. Arriba en el enlace si necesitas más información.
PD: Tengo cincuenta años y todavía puedo ver esa noche como si fuera hoy, está dentro de mi mundo, que pases un maravillosos fin de semana.