Es curioso, pero cuando tenemos cierta tranquilidad, en algunas ocasiones, echamos de menos algo de acción.
Eso de no me gusta la rutina, me gusta la acción pero las circunstancias de la vida me han hecho un hombre tranquilo.
En mi tiempo libre hago surf, puénting, parapenting y otros menesteres. Me encanta viajar, me gustaría conocer a los tuaregs, y cosas parecidas.
Ya sabes, salirse la zona de confort para que otro ocupe tu sillón, con lo que cuesta llegar hasta ahí.
Bien.
Oh.
Hombre de acción.
A juan, que se levanta a meditar todas las mañanas, dar su paseo matutino y coordinar reuniones importantes, le gusta su zona de confort, le encanta.
No tiene un buen recuerdo de aquella mañana de octubre. Aquel día aprendió a diferenciar, realidad de ficción.
No era momento de dejarlo pasar, tampoco de reaccionar tarde y mal.
Había que coger el toro por los cuernos de una manera eficiente, rápida y profesional.
Te contamos la historia de Juan
PD: Si quieres saber más sobre la historia de Juan, arriba en el enlace. Desgraciadamente es muy común. No siempre tiene final feliz.